El amor que te tengo es
incondicional. No hay nada
que puedas hacer para que te
ame más, porque mi amor por
ti es completo. Tampoco hay
nada que puedas hacer para
que te ame menos... no puedo
amarte menos, porque te amo
sin condiciones, sin
exigencias, sin requisitos. Te
amo por quién eres, y tu
sonrisa en los ojos alegra mi
corazón como nada en este
mundo.
Cuando ríes, mi alma ríe
contigo, y cuando lloras, mi
corazón se entristece. En mí,
siempre tendrás una aliada.
Lo que más deseo en este
mundo es que vivas una vida
llena de fuerza y felicidad.
Que seas responsable de tus
propias acciones, que seas
honesto. Recuerda que toda
acción tiene sus
consecuencias... pero aun así,
cuando te equivoques,
siempre podrás volver a
levantarte y continuar
caminando. Fallar no te
convierte en “menos”, y
continuar y rectificar te
convertirá en “grande”. Ama
a Dios con todo tu corazón, y
Él te guiará por un camino
hermoso, de paz y de
seguridad.
En las tormentas que te traiga
la vida, no desesperes. La luz
es más fuerte que la
oscuridad. No dejes nunca de
soñar y de esperar lo mejor.
Son los que no esperan nada
los que no reciben nada.
Sobre todo, vive sabiendo
que naciste amado... y que
vivirás, siempre, siendo
amado.
Tu madre.