Hijo:
Eres del amor, el verbo
de mi vida la ilusión
esa tierna bendición,
transformada en vida.
Eres mi esperanza, mi felicidad
esa fresca gracia resumida en verdad.
Y es que tú eres promesa del señor
que da luz a mí corazón,
ese hermoso pacto, que existe entre Jesús y yo.
Eres mi orgullo mi razón de ser,
y es que he vuelto a nacer,
a través de tu existencia
mi pequeño Mario Adolfo…
Gracias le doy a Dios
por la bendición de ser tu madre,
haré de ti a un gran hombre;
porque en el cielo eras un ángel
que hoy llena mi vida en alegría,
y es que tú eres un milagro de la vida.