Tres cosas que debes hacer si descubres que tu hijo miente
Todos los niños mienten en alguna ocasión, y a menudo se trata de un aspecto normal en su desarrollo.
No obstante, es una situación incómoda y desagradable para los padres, que se preguntan qué pueden hacer en estos casos y cómo deben actuar.
¿Por qué mienten los niños?
Las mentiras pueden darse por varias razones. Los niños pueden mentir para eludir sus responsabilidades, para llamar la atención, porque les hace sentir superiores a los demás o por la emoción que les provoca el hecho de correr un cierto riesgo, entre otros motivos.
Clases de mentiras
Por cobardía. La mentira por cobardía se da cuando el niño evita asumir su responsabilidad, ya sea mintiendo a los padres para evitar un castigo, a los amigos para ocultar un error… No se enfrenta a la situación sino que la intenta sortear mediante mentiras.
Por vanidad. Este tipo de mentiras es propio de los niños que, por inseguridad o por falta de confianza, intentan aparentar ser alguien diferente, adornar la realidad con invenciones, llamar la atención o exagerar sus habilidades para causar una impresión favorable en los demás.
Cómo saber si tu hijo está mintiendo
Si bien no siempre es evidente para los padres saber si los niños dicen o no la verdad, existen algunos indicios que pueden revelar que está mintiendo:
Su expresión facial: un niño que dice la verdad se mostrará tranquilo y relajado, mientras que si está mintiendo se comportará de forma ansiosa y su expresión será más tensa.
Cómo se expresa: si aparecen contradicciones en sus explicaciones, y estas son poco creíbles o inverosímiles, o si sus frases carecen de sentido y coherencia, es posible que el niño no esté diciendo la verdad.
Falta de espontaneidad: lo que el niño explica parece ensayado y preparado, y si se le hacen preguntas no contesta de una forma natural sino que lo hace de forma forzada.
Qué debes hacer si descubres que ha mentido
Tienes que explicar a tu hijo por qué es importante decir la verdad. Debe entender que con la verdad se gana la confianza de las personas, y que al decir mentiras se está comportando de forma deshonesta. En este sentido, es importante dar ejemplo, así como elogiarle cuando se comporta honestamente.
Establecer ciertas reglas y cumplirlas siempre, sin hacer excepciones, para castigar al niño cuando miente. Debes explicarle claramente qué ha hecho mal y por qué no está bien mentir. No obstante, procura que no se sienta culpable o avergonzado, debe quedar claro que se le está castigando por su conducta, y no por quién es. Además, si miente para obtener algo que de otra forma no conseguiría, debes asegurarte de que no será así y de que no se beneficiará de la mentira.
Descubrir el porqué de las mentiras. Intenta averiguar si tu hijo miente por un motivo en concreto, si existen razones de fondo que motivan la mentira. Si es así, el objetivo debe centrarse en solucionar este aspecto. Por ejemplo, si las mentiras son una forma para sentirse bien y reconocido, será importante reforzar su autoestima y reconocer sus méritos verdaderos para que no recurra a la mentira.
Posibles problemas psicológicos: cuando la mentira se convierte en un trastorno
Si la mentira se mantiene existe el riesgo de convertirla en un hábito, y el niño puede desarrollar un trastorno psicológico denominado “Trastorno en el control de impulsos”. Algunos ejemplos son el juego patológico (el niño miente de forma habitual con el único objetivo de seguir jugando), la cleptomanía (roba objetos de forma impulsiva aunque no los necesite) o los trastornos ficticios, enfermedades que los niños simulan para obtener beneficios como no acudir a la escuela.
Si las mentiras persisten y se convierten en habituales es recomendable acudir a un profesional, ya que puede ser que el niño desarrolle problemas básicos de comportamiento.