Soy tu madre, la que se enfada,
la que ríe, la que te abraza cuando
la vida no te trata bien…
soy muchas cosas para ti, pero
sobretodo y por encima de todo,
soy quien te ve como un hijo precioso,
puedo mirar tus ojos y
ver todo el mundo con sólo mirarte,
eres mi prolongación, naciste con amor
y así debes sentirte siempre: muy querido,
respetado y bendecido. Eres mi amor, hijo mío.
Y si te escribo estas líneas es
que nunca había sentido esta
clase de amor, uno que se espera,
uno que sé que no me dejará. Eres
mi mitad, y mi corazón te pertenece
para siempre.