tu voz de agua se va convirtiendo apenas en rocío,
en el espejismo del rumor de la mar saliendo del
corazón de una caracola, en el tic tac que abraza
las paredes del templo de los sueños y
se pierde a través de tu ventana,
Lentamente te estás yendo, en silencio,
como el día que ya no quiere más y se cubre
sus ojos de horizonte con el negro manto de la noche.
A los mañanas les va faltando el diluvio de tu voz
que todo hacía posible, les va faltando el aleluya
que florecía debajo de tu aliento y tu palabra,
Tu voz se va perdiendo en mis oídos, despacio,
casi en silencio, cual si fuera el rumor de un fuego
al que se le va la vida con el inicio de la lluvia y se
transforma en una legión de recuerdos de humo
vestidos de fantasmas, en el inevitable manantial
de tus palabras al que sin dudar hice mi credo
y en el cual refrescaré tu cuando estabas hasta
conjurar tu olvido por las madrugadas.
En una noche en la que el viento frío se apaña del cristal de su ventana…